Algunas veces basamos nuestros
conceptos de los fenómenos en base a un punto de vista errado, en
física sucede con algunos conceptos como la fuerza centripeta y en
este caso con la efusividad.
Cuando tocamos objetos y tratamos de
compararlo con el entorno (ambiente) sentimos que se encuentra más
frío de lo normal; eso se debe a un error de percepción, una
ilusión más, que un fenómeno físico presenta, es decir, nuestra
mente nos juega una buena broma.
Confiamos en nuestro conocimientos
empíricos en cuanto a lo obvio, es decir, conocemos que dos cuerpo
en contacto tienen que alcanzar la estabilidad térmica con el
ambiente, debido a la ley cero de termodinámica. Pero, de nuevo, si
hacemos un experimento muy sencillo con dos objetos de materiales
diferentes para; por experiencia tratar de definir su temperatura a
través del tacto podemos caer en el error de una mala
interpretación.
Entonces, es importante tener en cuenta
los materiales de los cuales están hechos los objetos para
comprender la velocidad a la que transfieren su calor a otros
cuerpos. Pongamos un ejemplo, se tiene una regla de metal y otra de
madera que son tomadas por una persona, al parecer el metal es más
frío que la madera, esto se debe a que hay un material intermedio
que afecta la percepción del sujeto que sostiene las reglas. Hay que
recordar que el sujeto que sostiene las reglas esta hecho de piel
humana que tiene una temperatura de alrededor de 37°C.
La efusividad se conoce también como “coeficiente de contacto”.
La
efusividad juega un papel importante cuando los cuerpos, en este caso
las reglas de metal y madera, entran en contacto con la piel humana,
es posible considerar un escenario en el que se tienen dos cuerpos con
temperaturas T1 y T2 (T1 > T2)
en un contacto ideal, la interface de contacto adquiere una
temperatura de contacto.
Entonces,
es por eso que cuando tocamos cuerpos con la misma temperatura pero
con diferentes efusividades, no percibimos la realidad.
En el ejemplo citado anteriormente se
tiene materiales de metal, madera y piel. La efusividad del metal es
mucho mayor que la efusividad de la piel y la efusividad de la
madera; pero la efusividad de la madera es menor que la efusividad de
la piel y por tanto se deduce que cuando un cuerpo con una efusividad
mayor entra en contacto con un cuerpo con efusividad menor se siente
frío y cuando un cuerpo con efusividad menor entra en contacto con
otro de efusividad mayor se siente templado.
Entonces, se puede decir que cuando un
buen conductor térmico entra en contacto estacionario con un
deposito térmico con una temperatura mayor (la piel en nuestro
ejemplo) extrae más energía del deposito térmico que un mal
conductor térmico, pero en condiciones pasajeras el cuerpo con una
efusividad mayor extrae más energía que el que tiene un valor menor
de efusividad.